Uno de los postres que tienen más éxito en casa es la mousse de chocolate. LLevaba años haciéndola de chocolate negro y, hace unos meses, por casualidad, descubrí esta receta con chocolate blanco y me encantó porque su textura es muy suave y su sabor irresistible.
Su elaboración es muy sencilla, pero requiere unas horas de reposo antes de su finalización. Durante esas horas, me da tiempo a trabajar o a hacer algún post para mi blog de moda Pinker Please Te animo a que la prepares, no te arrepentirás.
INGREDIENTES
270 g de chocolate blanco
500 g de nata para montar
4 cucharadas colmadas de azúcar glas
1 cucharadita de pasta de vainilla
ELABORACIÓN
Calienta la nata en un cazo a fuego lento y cuando empiece a hervir retírala inmediatamente del fuego.
Vierte la nata ya caliente en un bol y añádele el chocolate blanco cortado en trocitos y la cucharadita de pasta de vainilla.
Bate con unas varillas hasta que la mezcla quede homogénea.
Mete en el frigorífico el bol con dicha mezcla y deja reposar durante 8 horas aproximadamente. Yo suelo dejarlo durante toda la noche.
Pasado ese tiempo, retira el bol del frigorífico y añade a la mezcla el azúcar glas (azúcar en polvo) tamizada y bate con una batidora eléctrica de varillas hasta que la crema adquiera una textura esponjosa, la textura de mousse.
Puedes decorar la mousse con frutas, conguitos, lacasitos, pequeñas nubes...
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