Ahora pienso en mi madre, en las noches que no durmió atendiendo a bebes y más tarde esperando a adolescentes sin noción del tiempo. Porque de niños, el tiempo de nuestros padres es nuestro. Claro que tienen sus obligaciones y sus trabajos, pero disponemos de ellos sin valorarlo ni agradecerlo...
Y otra vez se acerca el DÍA DE LA MADRE, y otra vez me vuelvo loca pensando que le regalaré a mi madre... cada año quiero sorprenderla con algo que le haga ver que valoro su tiempo, su dedicación y su amor incondicional. No busco algo grande ni lujoso, sino un detalle que le diga que me acuerdo. Como no vivimos en la misma ciudad, durante muchos años le mandaba flores, para que supiera que pienso en ella, que está presente. Ahora cada año busco sorprenderla con KUKIS. Se que espera recibirlas, y que sean distintas a las del año anterior.
Una madre es siempre un corazón de oro, siempre dando y feliz de hacerlo. Así que este año a mi madre le llegarán estos corazones de oro (con oro auténtico) para decirle de forma dulce que la quiero y que ya si sé valorar lo mucho que su tiempo ha significado.
1 comentario:
Gracias Soli, ya no sera sorpresa pero se me han saltados unas lagrimillas de emocion. No veo las horas de que lleguen y saborearlas.
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